De simbología y lenguajes raros.
Hacía muchos, muchísimos años que no tenía una pesadilla, y la de anoche debe haber durado unos 3 segundos:
Estaba acostado en mi cama, boca arriba y viéndome desde dentro (porque a veces me veo en 3° persona), sentí que estaba exactamente en la posición en que me encontraba durmiendo en el mundo real. Era muy tarde en la noche (como en el mundo real), pero estaba con los ojos abiertos, tranquilo. Súbitamente se desprendieron del techo 3 arañas muy grandes (estiradas medían un poco más que un fémur de adulto), arañas negras y brillantes, como hechas de charol (es una comparación poco tétrica pero útil para la visibilidad), de patas muy largas; una caía de tal forma que se dirigía directamente a mi rostro. Del impacto, del susto, y de la impresión, mi reacción fue saltar hacia los pies de mi cama (por algún motivo con un muchísimo miedo)...
Para mi sorpresa me encontraba en plena fase aérea, saltando realmente desde mi cama hacia el suelo por los pies de esta. Caí en el piso como un saco de aserrín, primero las rodillas, seguido de manos y muñecas, y luego todo mi yo.
Muerto de miedo me levanté rápidamente (y sin notar que había despertado de un sueño) comencé a sacudir frenéticamente mi cama, la arañas no estaban por ningún lado.
Llegó mi hermano, Cristobal, a ver qué me había pasado, se había despertado por el ruido de una caída "muy fea" según él. Yo había terminado de rehacer la cama recién, y aún estaba tremendamente exaltado.
Me costó mucho volver a conciliar el sueño, principalmente porque no había encontrado ninguna araña y estaba sugestionado, además, el ardor de las rodillas y el dolor de las muñecas por la mala caída hacían muy molesta cualquier posición.
Fue demasiado real... y nunca me había pasado algo así.