Control
Hace alrededor de un mes, al estacionarme en una farmacia, me rayó el auto una señora que iba saliendo del aparcamiento contiguo. Se bajó de su Volkswagen Vento con cara de "esto era lo que faltaba para que mi día fuera una completa mierda" y comenzó a pedir disculpas. Dicha señora, mostrándose afectada, noble y comprometida, permitió que rápidamente llegásemos a un acuerdo, me dio su celular y nos hemos mantenido en contacto para que me solucione el problema una vez que le hubiera mandado las cotizaciones respectivas.
El miércoles pasado la llamé porque había quedado de depositarme la plata el lunes anterior, cosa que no había sucedido. Ahí me encontré con la sorpresa: la mujer que se había mostrado tan sincera y parsimoniosa empezó a despotricar en contra mía, arguyendo que ella había enviudado hace muy poco (un par de meses), y que tenía otras prioridades como pagar los estudios de dos hijos, terminar los trámites de la defunción del marido, y conseguir trabajo estable, por lo que era mejor que no la molestara con mis "lujos de hijo de papito"...
Al final, creo que lo que me dolió fue eso de "lujos de hijo de papito"... y lo peor de todo es que igual tenía algo de razón... sin embargo ella perdió el control y yo también, por lo que la situación, a pesar de su solución a mi favor, no me dejó del todo tranquilo. Probablemente podría haber logrado lo mismo de una mejor manera.
Moraleja: la pérdida de tu control es el control del otro.