Viento fresco, flotar en el agua, y pan con manjar

Aprender algo de la vida, desde lo más importante, el ser bueno, hasta lo más personal y simple, disfrutar de echarse en el pasto, aunque este provoque alergia y estornudo, sentir el ronroneo de un gato echado en tus piernas, oler y probar esas comidas exquisitas que no hacen nada de bien, aprender a disfrutar de cosas pequeñas como una mirada sonriente en la micro, o cosas gigantescas como un mar inmenso de color morado, que se funde en un cielo rosa durante una puesta de sol, ver el universo que es cada uno, ver el universo que componemos todos. Porque vamos a pasar, porque queramos o no, en un día no muy lejano NADIE de los que pisa el planeta hoy estará vivo.

Yo no quiero cambiar el mundo, pero sin duda puedo mejorar el mío, en el que vivo, y el de la gente que quiero, mi familia directa, unos cuantos amigos, y uno que otro familiar. A ellos los invito a disfrutar de la vida, los invito a ver el vaso medio lleno, a reírse, a disfrazarse, a viajar, a permitir que sus ojos se llenen con lugares y paisajes, que sus oídos se repleten de la mejor música que entrega la naturaleza y el hombre, que sus bocas prueben el mejor manjar de la vida (no quise decir manjar como delicatessen, sino como el manjar real con que untas el pan), y besen tanto los labios que elijan, que ya no sepan si son los suyos o del otro.

Solo se me vino a la cabeza el pensamiento y las preguntas ¿qué cosas quiero haber hecho cuando me muera? Y ¿cuántas ya he realizado?

A veces es bueno echarse a pensar y mirar el techo, te da un nuevo aire, te dan ganas de escribir, e incluso a veces, de dar un consejo a alguien a quien le interese.

¿Y usted, qué hace para disfrutar de la vida?
(Se aceptan cosas pequeñas o grandes, porque en el fondo, todas son enormes).




Nuevamente, por Liniers